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A LA MUJER ESPAÑOLA
Como recondita entre el arrabal susurrabas en divino tormento
sobre el triste paso del andante sin camino,
como sin música entre tus labios,
y que solo rezonabas en el contrabesar enamorad0,
si hubo palabras es porque no fue posible entender tanta magnificiencia
y si hubo lamento es porque no solo el rechazo decia mil palabras,
sino la biologia que comanda por el resonar de las venas automutiladas,
ansiaban expresar.
entre eso
te apareces como invierno y verano ambiguo
por las vicisitudes de europa,
derrocando al grande, al zar y a unos cuantos reyes,
de por aqui, de por allá.
tan solo el temple correr de tus rayos radiados de ternura,
derrocaron sus espadas
y tu profunda esencia respiraba sus dominios imperplejos
ante lo borrado
ante lo visible,
pero no ante tu plenitud que surges al paso,
constelacion de mis cielos.
es que sencillamente eres tenue,
inquietante,
de aire...
